Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 25 de mayo de 2015

Lo más bello que he visto



El mar y sus misterios. Enorme, casi infinito. El viento lo lleva, lo trae, lo riza, lo encrespa, choca contra la arena y vuelve a irse. Hay un color azul intenso, y al mismo tiempo, un azul difícil de definir. El agua, con su color azul y su calma, es un consuelo que refresca y seduce. Yo amo al mar. El mar.... azul, verde, gris o indefinido, simple y a la vez complicado, con sus olas, su espuma, sus brillos bajo la luz del sol, sus sombras, su olor, su sonido, su brisilla marina... Tal vez alguien que nunca haya visto el mar no me comprenda, o incluso alguien que si lo haya visto tampoco. El mar es la cosa mas perfecta que existe (para mi). Su puro aire me llena de vida, en fin, que para mí el mar es un motor que mueve mis interiores a veces dormidos por la vorágine de la ciudad.
El buen tiempo va asomando y la necesidad de acercarse al mar aumenta, ¿verdad? Supongo que a estas alturas ya muchos han disfrutado de algún día de playa (al menos aquellos que por suerte la tenemos cerquita). Yo lo he hecho en varias ocasiones, aunque es tanto mi amor por el que voy todo el año. No me importa si hay buen o mal tiempo. Lo único que me interesa es saciar esa necesidad de verlo, de estar junto a él. Y llenar de paz mi alma, de esa paz que sólo el me da.
Me encanta ir a primera hora de la mañana, es el mejor momento del día. Miro el horizonte… el cielo azul como el mar sereno en el que danzan lenguas de plata y olas de vida. La mar tranquila, serena llena de luz y con ese azul verdoso que tanto me fascina…
Contemplo maravillada el paisaje. Y siento… y me concentro… y manan los sentimientos… Sensaciones de paz, llanto, armonía, dolor, relax, amor, tranquilidad, esperanza… pensamientos claros, perfectos… Sensación de felicidad, de románticos deseos, de abrazos contenidos y de besos aún no dados. De caricias musitadas y un “te quiero” que se escapa de los labios…
La suave brisa marina acaricia mi cara… Cierro los ojos y puedo escuchar el runruneo de las olas… y el mar me llama… y me habla… Me habla de Leyendas, estrellas de mar, de otras gentes… y de otros tiempos, de amores perdidos, de recuerdos olvidados, de ilusiones encontradas, de mensajes sin botella, de sus lindas aguas… Historias de mareas, caracolas, estrellitas y sirenas…. pececillos de colores…
Y contemplo extasiada a mi mar, tranquilo y rebelde, furioso y suave, valiente y temeroso, magnánimo y abnegado, ambicioso y egoísta, altruista… siempre necesito ir junto a él, estar cerca… muy cerca. Y cuando la melancolía me invade, se convierte en mi refugio… refugio de soledades donde puedo perderme… perderme en su inmensidad, con tan sólo mirarlo fijamente… paseando la mirada por el relajante e interminable vaivén de sus suaves olas… y así alcanzar la paz de mis desasosiegos… me sumerjo cuidadosamente por entre mis pensamientos… Y me abandono totalmente al sublime placer de sus aguas embrujadas…
Para serles sincera, yo soy de mar sea verano o invierno. Cuando está bravo, esa fuerza, ese ímpetu, se me contagia. Y cuando llega el buen tiempo, me olvido un poquito de su fuerza, de los destrozos que puede provocar, y me relajo en la playa disfrutando del sol y de la brisa marina. Ese olor a salitre, el ruido de las olas rompiendo en la playa… Díganme, ¿hay algo más relajante? Sin dudas, no. No podría vivir sin tenerlo cerca.
Es lo más bello que he visto... capaz de hipnotizar. Y cuando estoy allí… frente a él ya no pienso... ni siento... tan solo miro... Y sé que estoy y que soy... Sé que vivo. Me llega una tranquilidad inigualable y se me olvidan todos mis problemas y todo se convierte en calma. La sensación es sumamente energizante, y me siento totalmente libre.
Y es en ese momento cuando compruebo que Dios existe… El está ahí, en esa inigualable creación...

4 comentarios:

  1. Como siempre estar en tu mar es sentirte en todo momento como en tu propia casa. Yo te entiendo porque yo también amo el mar, tanto que muchas veces digo como Rafael Alberty ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?

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  2. Me alegra saber que estuviste en ese paraíso que tanto amas y tanta paz te da. y voy a hacer como Frank te dejo una frase de Jacques-Yves Cousteau: "El mar, una vez que te hechiza, te engancha en su maravillosa red para toda la eternidad". Creo que tu al igual que muchos de nosotros le das toda la razón, ¿cierto? Cuidate mucho linda.

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  3. A mi me encanta ver el mar devorando a sus crepúsculos, escuchar sus latidos cada noche, sus canciones de espuma y marejada, memoria de otras noches y otros mares.

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  4. Estas letras describen perfectamente mi sentir porque comparto ese amor q tienes por esa belleza q dios nos regalo, en verdad el texto describe lo q siento por el oceano y todo su alrededor... buen trabajo!

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