Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Seamos felices



La paz es algo que no se puede comprar, medir, obtener… Es algo que nace desde dentro, que te sorprende cuando menos te lo imaginas y que anhelamos frecuentemente. Es algo que va mas allá de un sentimiento; es una forma y un estado de ser, de estar y de vincularte contigo y con el mundo que te rodea. La paz es una energía que brota desde tu interior, nace ahí, y la compartes con el exterior. Tú puedes sentir cuando alguien está en paz, pues la paz se transmite y se puede contagiar al igual que otros sentimientos. Es tan maravilloso sentirse en paz.
Sin embargo, la mente humana pareciera que está entrenada a ver el punto negro de la hoja blanca, el vaso medio vacío, el trauma de la infancia más que los miles de momentos de felicidad, los defectos más que las cualidades, las discusiones más que las risas, el dolor en tu cuerpo más que sus sensaciones agradables, la carencia más que la abundancia… en fin, tenemos una tendencia como ser humanos hacia el negativismo y la preocupación.
La alegría a veces parece irse, y lo malo es que cuando se va, nos hace creer que difícilmente regresará, y en ocasiones no sabemos cómo recuperarla. Es común que quienes sienten ansiedad, pierdan la alegría, y es lógico, ¿cómo te puedes sentir feliz si no sabes ni por dónde recuperarte a ti y a tu vida?
Cuando nos sucede algo desagradable a veces nos aferramos a lo negativo, y se siente feo, experimentamos tristeza y dolor. Pensamos en todas las posibilidades negativas del futuro, magnificamos lo que es pequeño y nos adelantamos a esos riesgos antes de que existan porque hemos puesto requisitos a la felicidad, y nos da miedo que no se cumplan y todo esto, al final del día, tan sólo nos estorba para ver la solución de los problemas, de ver lo que sí hay y las opciones de salida.
Pensamos que al preocuparnos estamos realmente preparándonos para hacerle frente a lo malo, y viendo lo negativo estamos haciendo algo para que no suceda. Incorrecto. Es algo que aprendimos, pero no es cierto. No porque te preocupes solucionarás el problema. No porque veas lo negativo significa que te estás preparando a afrontar el riesgo.
Cuando ocurre algo que no nos gusta o que nos entristece básicamente lo que tenemos que hacer es dejar el negativismo y empezar a ver la salida, la solución. No podemos estar todo el tiempo con pensamientos malos. Conversa con alguien que te ayude a encontrar opciones de solución si crees que no existe. Recuerda que preocuparte es lo que haces antes de ocuparte, así es que deja de preocuparte, y pasa a la acción. Ocúpate, haz algo al respecto y si no está en tus manos hacer nada, entonces confía y deja que suceda lo que tiene que suceder.
Cuentas con el poder y fuerza necesaria para salir adelante de cualquier crisis. En ocasiones éstas llegan a tu vida como parte aguas hacia un nuevo paradigma de creencias y estilo de vida y para acercarte a la plenitud emocional. No existen culpables en la vida, solamente somos gente que hace lo mejor en cada momento, con la información que cuenta en cada momento.
Necesitamos y deseamos tener paz, eso nos acerca a la felicidad. La paz es una percepción que tienes súbitamente de que nada te preocupa, de que estás completo y a salvo, de que eres digno de amor y eres amado. La paz como sentimiento, es cuando cesas el conflicto y la lucha interna, cuando dejas de estar en contra de ti, de estarte insultando, criticando, esforzando por cambiar o ser diferente.
Por un día dedícate a hacer…”naaaaaada”. Pasea y déjate sentir. Haz lo por ti lo que te gustaría que los demás hicieran. Y encontrarás la paz. Sí, porque ella está dentro de ti, alrededor de ti, impregnada en ti. Definitivamente no importa el lugar en el que estés físicamente, siempre puedes encontrarla en tu interior porque ahí habita, ahí está todo el tiempo, aunque no lo creas, está en un rincón de tu ser que realmente no podría saberse si es tu mente, alma o cuerpo, pero una vez que la contactas, se expande en esas tres áreas de tu ser.
Pensamos que la alegría llega cuando tenemos la salud perfecta, cuerpo perfecto, familia perfecta, emociones perfectas y estables… vida perfecta. Y entonces, convertimos el sentirnos alegres en un reto, y a veces, en un imposible. Piénsalo, cada vez que has sentido alegría en tu vida tu mente estaba en el momento presente, existía una ausencia de pensamientos, simplemente estabas experimentando la vida y a ti mismo en ese instante. Cuando experimentas alegría, te dejas llevar por la experiencia, por el momento, dejas de cuestionarte por el futuro y agobiarte por el pasado, estás aquí y ahora.
Por eso, la propuesta de hoy es salir de la rutina, de esa rutina a la que inconscientemente nos vamos apegando cada día. Prueba a encarar el día con un ánimo diferente. No dejes que tu mente se ponga en piloto automático y empieces con la secuencia: Trabajo, trabajo, trabajo, almuerzo, trabajo, café, trabajo y salida. Y luego llegar a casa y más trabajo, comida, trabajo…
Hagamos un día diferente. Este día al levantarte, deja sin hacer la cama. Date un baño largo con musiquita... Consiéntete un rato. Vístete y sal a la calle sonriendo, olvídate esta mañana de arrugas, años y canas (si los tienes). No tomes el desayuno que acostumbras cada día, cómete eso que tanto te gusta y nunca lo haces porque te engorda, y si la báscula te mira, hazte la ciega y la sorda... Que comience tu mañana con mucha alegría. Haz una travesura como cuando eras un niño. Guiña un ojo a quien veas muy serio. Toma las cosas con humor. Convierte tu "día normal" en una exquisita feria ¡Y verás cuanto disfrutas rompiendo con la rutina! Saluda a un desconocido, como si fuera un amigo. Y retírate sonriendo, mientras dices "Saludos a Juana... dile que la voy a llamar", verás que es todo un poema la cara con que se queda. Sin duda el rostro refleja lo que en el alma se siente Y la actitud, más que los años, es lo que en realidad avejenta. ¡Cuántos jóvenes conozco que pasan de los setenta! ¡Y ancianos que aún no cumplieron veinte! Así que, qué esperas… ¡VE! ¡SE FELIZ!
Hay que ser feliz, aunque solo sea por joder.

3 comentarios:

  1. Tienes razon la vida es compleja y uno necesita darse un descanso de tantos problemas de vez en cuando.

    ResponderEliminar
  2. ahhhh si cuando uno se seinte en paz es maravilloso, muy cierto que no podemos dejarnos aplastar por los problemas y que hay que romper la rutina. De vez en vez uno tiene que darse sus gustos. Cuidate linda.

    ResponderEliminar
  3. ay amiga hace tanto tiempo que yo no me peso un dia sin hacer naaaaaada que en verdad lo necesito.

    ResponderEliminar