Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio. Aquí escribo mis pensamientos, cosas que me preocupan, algunas vivencias, historias que conozco... lo que me dicta el corazón para compartirlo con otras personas, es una manera de saber que no estamos solos en este mundo virtual y poder hacerlo más real y cercano. Me gusta escribir y me siento bien haciéndolo, ojala estás letras lleguen a ustedes como yo quisiera. Siéntanse libres de comentar lo que deseen. Gracias por estar aquí.

sábado, 14 de mayo de 2011

LA CARTERA DE UNA MUJER


Hoy tuve una cita muy importante (de trabajo para los de mente rápida). Llevaba en mi cartera todo lo que creía necesitar, pero lo gracioso es que justamente cuando necesité un documento que había redactado y estudiado con antelación, me cansé de registrar todo el bolso, busque dentro de la agenda, en los bolsillos interiores… pero nada, fue una búsqueda infructuosa…
Se imaginarán mi desánimo y decepción porque era importante lo que les quería mostrar a los allí reunidos. Después de buscar con desesperación casi, desistí y les comenté que había llevado (o al menos eso creía) un boceto muy pensado y repensado sobre lo que queríamos hacer pero que lamentablemente no lo encontraba, o lo había perdido o nunca lo eché en el bolso.
Una de las mujeres comenzó a reír y me dijo “no te preocupes, eso nos pasa a todas, no hay nada más versátil, misterioso y con más capacidad que la cartera de cualquiera de nosotras aunque a veces nos ocurre que no encontramos cosas que estamos seguras haber guardado en tan maravilloso implemento”. Todas comenzamos a reír.
Un compañero se nos quedó mirando un poco extrañado, quizás pensando que estaba reunido con unas locas (por su cara imagino que no entendió nada de lo que ella quiso decir). El otro hombre allí presente (más conocedor del tema) le dio unas palmaditas en el hombro y dijo: “yo sé a qué se refiere, porque mi mujer también usa, por supuesto, una cartera así y si necesitas algo, no importa qué, en el lugar y momento que sea, te dice ‘espera que yo tengo uno’ y tras bucear en su bolso una y otra vez, de pronto como por arte de magia te da lo que necesitas, no importa si es un bolígrafo, un peine, un papel para anotar algo, en fin lo que sea. No importa el tamaño que tenga la cartera, yo no me explico como las mujeres pueden guardar tantas cosas a veces en un sitio tan pequeño, si empiezan a sacar todo delante de ti te quedas pasmado no solo porque vez lo increíble sino porque por más matemática que sepas no te concuerda jamás el área utilizada con todo lo que contiene, es cosa de locos”.
Todos reímos y entonces, tras disculparme y decirles que en el próximo encuentro se los llevaría, les comenté que es cierto que no hay nada como la cartera de una mujer. Terminamos la reunión poco después y tras ponernos de acuerdo en la línea de trabajo que vamos a usar, nos marchamos.
Hace unos instantes llegué a casa exhausta, el calor es sofocante y he venido en una guagua que parecía una lata de sardina. Me acabo de preparar un café y encender un cigarrillo, y no dejo de darle vueltas en mi cabeza al tema, no de la reunión aunque parezca increíble… al de la cartera de nosotras las mujeres y decidí sentarme a escribir.
Coincidirán conmigo en que este es un tema peliagudo, muchos dicen (unos en broma y otros como crítica) que dentro de la cartera de una mujer se puede conseguir lo inimaginable… y eso no está lejos de la realidad.
Por ejemplo yo recuerdo una vez que me encontraba en una larga y, por supuesto, amena charla con una amiga, cuando de pronto me dijo que necesitaba conseguir la receta de cómo hacer una panetela. Muy dispuesta emprendí una búsqueda en mi bolso, estaba segura que alguien en una oportunidad me había dado una, a los pocos minutos comencé a reírme porque me di cuenta de lo certero del dicho (referente a la cartera) al buscar como loca en mi bolso el papelito… que demoré en encontrar, como se imaginarán. Al despedirnos mi amiga iba feliz con su receta y yo complacida de haber tenido la previsión de guardarla.
Por tanto el dicho es cierto, en la cartera de una mujer cabe y se guarda lo inimaginable y ni hablar cuando cambiamos de bolso, eso crea un gran desorden… ¡Ah!, y como sufrimos con las carteritas pequeñas, porque son muy elegantes y cómodas pero nos es tan difícil decidir lo que es imprescindible para nosotras que quepa allí. Cuesta mucho la selección y nunca quedamos conformes porque se nos quedan fuera miles de cosas que afirmamos necesitar.
De una manera breve les comentaré lo que casi todas tenemos en la cartera, las mujeres que leen este espacio si quieren pueden aumentar esta lista con sus propias experiencias porque estoy segura que está incompleta, son tantas cosas que algunas se me olvidarán. Bien veamos:
1-Las llaves de la casa.
2-Las llaves de la oficina (cuando somos trabajadoras).
3-Un monedero (en ocasiones dos, porque muchas veces usamos uno solo para el menudo).
4-Un bolígrafo.
5-Un espejito.
6-Un peine o cepillo para el pelo.
7-Unas galletitas o caramelos (uno no sabe cuando hará falta porque te sientes desfallecer o para ofrecer a alguien).
8-Unas gafas para el sol.
9-Un estuche con: papeles de médicos (recetas, métodos), teléfonos de personas que vas conociendo, alguna receta de cocina que una amiga te da, alguna anotación de importancia (aunque en ese barullo a veces olvidas que la tienes), recibos para pagar, plantillas de zapatos (por si se presenta la ocasión de alguna compra), en fin, no alcanzaría el espacio para enumerar los más disímiles papeles que guardas.
10-Un almanaque.
11-Documentos imprescindibles (identificación, carnés de todo tipo).
12-Un paquete con algunas almohadillas sanitarias.
13-Unas servilletas.
14-Un pañuelito.
15-Algunas jabitas de nailon (imprescindibles).
16-Un lápiz labial y demás utensilios para maquillaje.
17-Una toallita.
18-Una agenda o libretica de notas (donde tenemos los teléfonos más increíbles, direcciones o anotaciones capaces de solucionar cualquier problema).
19-Algunas fotos familiares.
20-Algún libro que estamos leyendo.
21-Un jaboncito.
22-Una cajita de condón (no todas la llevan pero sí la mayoría)
23-Memoria flash, MP3, MP4 o disco externo (en este caso si es pequeño) en este tiempo de la informática todo esto es importante y utilizable en cualquier momento.
24-Un costurerito o por lo menos un pedazo de hilo y una aguja.
25-Varios paquetes de pastillas para solucionar algún dolor, una alergia repentina y hasta algún sedante para si alguien (o nosotras mismas) se altera o se deprime.
En fin, sería interminable… porque conozco quienes llevan hasta destornilladores, pero así es… en realidad ese es nuestro “desorden”… Y después algunos se preguntan por qué una mujer tiene esa cara de angustia cuando busca con desesperación algo que no encuentra en ese bolso tan infinito como el universo.
Muchos hombres nos critican, pero la mayoría no deja de reconocer que cuando están junto a una mujer en la calle o en el trabajo, si tienen una emergencia ella casi siempre lo resuelve de inmediato porque lleva consigo lo que necesita en el momento apropiado.
Aunque bueno chicas, hay que reconocer que a veces son tantas cosas que no encontramos lo que buscamos en un momento determinado, como me pasó a mí hoy, porque les contaré (ya para terminar) que llegando a la casa, cuando saqué mis llaves, el monedero y una jaba para comprar el pan y cigarros, ¿¡qué creen ustedes que cayó al piso!? ¡justo delante de mi! Pues eso mismo que están pensando, mi tan preciada y buscada hoja con las anotaciones del proyecto de trabajo.
No hay duda de que somos increíbles, las mujeres somos así…

5 comentarios:

  1. jaja me he reido como una boba con tan verdadero articulo acerca de las carteras de nosotras las mujeres, y si nos ponemos a decir lo que llevamos cada una dentro nunca terminariamos

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  2. Eso es cierto Yuli, la lista es interminable, nuestras carteras parecen un lugar mágico mientras más cosas echas más quieres echar y milagrosamento lo logramos. Me alegro que te haya gustado y te hayas divertido con él.

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  3. Yo también me reí mucho con esto como le pasó a Yulien porque mi adorado amor es igual, creo que todas ustedes son iguales. Ella en su cartera tenía tantas cosas que muchas veces no encontraba lo que buscaba, algo que quería enseñarme y yo solo me reía de ella y le decía que era un verdadero desastre, que me lo enseñara cuando lo encontrara y para calmar su molestia la abrazaba y entre risas y comentarios tiernos y jocosos la llenaba de besos, para que desistiera de buscar.

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  4. me encantó, esta buenísimoooooooooo y es totalmente verdad.

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  5. Hiji99 says: Entendés mi alma.
    Me encantó leerte!
    Saluditos!

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